Monet (“Impresión, sol
naciente” 1872) abre el Impresionismo. Un cambio de ritmo en la forma de
pintar, no quieren reflejar la realidad si no abrir un campo de
experimentación. Cambian la forma de pintar sin silueta, sin usar línea para
representar la forma, si no más la mancha y el color. Posee cierta influencia japonesa.
El Pensador de Auguste
Rodin, 1902.
El tema no es lo
importante, lo importante es cómo se pinta, cómo se capta la luz, cómo se
componen los colores, la iluminación. Pierre Auguste Renoir sigue usando línea y le da
importancia al tema. La escultura no evoluciona mucho a lo largo de los años,
se hace más pintura que escultura. La escultura consigue su zenit en el
clasicismo, esto provoca que los escultores no intenten superarlo, lo que hace
que se estanque. Simplemente van al modelo perfecto, no se salen del
clasicismo. Impidió que durante muchos años la escultura avanzase.
En 1902 con “El
pensador” de François-Auguste-René Rodin, da un soplo de aire fresco a la escultura, aparece algo más
novedoso. Es considerado como el último de la tradición clasicista ya que su
cambio no es radical, no es considerado como el principio del modernismo.
Noche estrellada de Vicent Van Gohg, 1889.
Serie sobre la catedral de Rouen de Claude Monet, 1892 - 1894.
Boulevard de Montmartre de Camille Pissarro, 1893.
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