Art Decó (1925 - 1945) 1ª Fase

Edificio Crysler,  Nueva York 1930.

Estilo decorativo en armonía con el Art Noveau que impregna sobre todo a las artes decorativas (mobiliario, joyería, cartelería y publicidad) pero afecta menos a la pintura o escritura. El Art Decó va a ser un estilo al servicio de una burguesía urbana, industrial adinerada y enriquecida.

Los elementos sociales que llevan adelante este movimiento son: sociedad de la belle epoque de los locos años 20, una sociedad que acaba de salir traumatizada de los horrores de la Primera Guerra Mundial y se va volcar en una vida despreocupada y hedonista. Sociedad de grandes tensiones políticas; nazismo, fascismo comunismo que desembocará en la Segunda Guerra Mundial. Sociedad en la que la mujer adquiere un protagonismo especial. Revolución Coco Chanel (liberación del corsé, la mujer puede cortarse el pelo, faldas cortas, fuma, etc..) Revolución Femenina.

Estilemas recurrentes:
  • Gusto por la geometría muy definidas
  • Influencia africanas, Oceanía y precolombino. “arte negro”
  • Uso de elementos en forma de rayo, abanico o zig-zag
  • Uso de elementos radiales
  • Uso de formas apiramidadas
  • Uso de formas facetadas
  • Influencia cubismo


En la primera fase del Art Decó ocupa la década de 1920
  •     Materiales tradicionales, suntuosos, caros y de lujo.
  •     Clientela elitista.
  •     Procedimientos artesanales.
  •     Gusto por las piezas únicas.


Las líneas son rigurosas en su diseño, se alejan de los excesos del modernismo ondulante aunque encontramos reminiscencias de estilos conservadores “estilo imperio”. Trabaja con maderas suntuosas: el palisandro. Incrustaciones de concha o marfil curtidas con piel de pescado o piel curtida de avestruz. Por lo tanto sus piezas son muy lujosas y de precio elevado. El hecho de su precio tan elevado de las piezas fue duramente criticado y Rulhmann contestó en 1930 en la revista “Illustration” – un año después del crack de la bolsa de NY. El lujo que desprende los muebles de Ruhlmann fue el objeto de crítica en su época. A esas críticas respondía el diseñador afirmando que la noción de lujo es necesaria en la sociedad moderna. Así, en 1930, y en las revista Illustration, decía: “Fue un gran error tener en cuenta a la clase media a la hora de definir una vía de trabajo o de lanzar una moda o un gusto concreto. En ninguna época las nuevas creaciones se dirigieron a las clases medias. Siempre fueron las élites las que proporcionaron a los artistas el tiempo  y el dinero necesarios para dedicarse a las investigaciones laboriosas que desembocan en una ejecución perfecta. Estoy convencido que hay que volver a esta sana fórmula”



Hotel d’un Collectionneur de Pierre Patout, 1925.

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